La droga de la realidad

March 19, 2018 3:13 am Published by

realidad

«El día realmente inusual sería uno en el que nada inusual sucede…»

– David Hand

Soy consumidor de una de las drogas más duras y caras de la historia, una que a pesar de su costo no funciona con todos ni genera siempre el resultado esperado, una droga caprichosa en esencia; tan volátil como concreta y difícil de conseguir aunque estemos saturados de ella. Si quiere mano, siga leyendo…bajo su propio riesgo.

¿Has consumido drogas? Seguro que sí, legal o ilegal casi todos lo hemos hecho con o sin saber durante toda la vida. Seguro la primera vez que la probaste sentiste algo nuevo, desde una explosión de los sentidos, un letargo laxo, un relajo total o una euforia explosiva…quizás todo lo contrario, fue un viaje terrible, una agonía digna de una pesadilla producida por Stephen King y filmada por Tim Burton, para terminar jurando por los dioses que no lo harías otra vez. O peor; no sentiste nada; no pasó nada, esta mierda no funcionó, me estafaron, una decepción, adiós dinero.
Pero existe algo mejor; una droga gratis, aunque difícil de obtener para quien no esté dispuesto a probarla en toda su extensión.

Soy el rey del mundo

Esto no es una apología a las drogas ni un llamado su experimentación, es solo un punto de vista a la cordura de la realidad. La realidad y su observación es la única cosa capaz de entregarnos una cantidad de información relevante tan enorme e infinita, que es casi inhumano el poder procesarla. ¿Te imaginas ser un dios? Esa es quizás la única forma en que podríamos describir la capacidad de captar, procesar y entender todo a nuestro alrededor. Lo más interesante de esto, es que la realidad es una fuente infinita de insights, que a su vez son capaces de llevarnos por todo el espectro de una sociedad sus relaciones con el entorno y todos y cada uno de sus detalles; literalmente TODOS; “el viaje máximo”.

El término “efecto mariposa” nació de una idea similar. En los 60 se trató de compilar todos los datos y factores que influían en el clima, para generar un modelo predictivo; eran tantos que se llegó a la conclusión que la relación de miles de factores podrían producir otras miles de variables haciendo humana y digitalmente imposible para un mega computador, poder generar un modelo capaz de predecir el clima, donde el aire generado por “el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tempestad en Nueva York”, así de sutil y probable.
A nosotros no pasa algo similar; como profesionales creativos nos vemos a diario sometidos a la tarea de analizar los factores de un problema a solucionar; problemas concretos que debemos comenzar a desmenuzar hasta la médula para poder entender como su relación, la que genera actualmente el problema, es capaz de anularse y mejorar con los factores de nuestra solución. Y si bien los factores de un problemas son acotados, el verdadero problema radica en que miles de cerebros creativos tienden a dar las mismas soluciones una y otra vez, ¿porque si los insights son miles?, ¿dónde quedo lo creativo, lo innovador?, al parecer murió en el letargo de la poca investigación y el copy paste.

Es más fácil y rápido proponer la primera solución que tengas en mente, (saltándote todo el análisis del medio) que darte el tiempo para crear una nueva. No te mientas; sabes que lo has hecho.
Cuestionarse el entorno y sus relaciones es justo y necesario como medio para crear valor. Repetir las mismas formulas es solo una forma de mostrar tu precariedad y de meter más carne en la moledora de la mal llamada “industria creativa” (que de eso ya poco y nada es capaz de demostrar) acostumbrada a la copia barata de productos y campañas, al reciclaje de conceptos y a la imitación sin sentido.

Welcome to the real world.

En algún momento de la vida la capacidad de ver, ser y sentir se va perdiendo, se cubre con un velo que solo nos deja ver a través de él las sombras de la realidad transformada en un modelo ideal de códigos prediseñados, prejuicios, estereotipos y arquetipos que taponean los sentidos y que anulan la capacidad de conexión con el entorno, una rutina que responde al ideal del modelo colectivo del éxito, lo bueno, lo malo, lo bello, o lo correcto, pero nunca de lo que es concreto.

¿Recuerdas cuando eras un niño? No dejabas de preguntarte el por qué y el para que de todo, casi al punto de perder el sueño, todo era nuevo y absorbías información aprendiendo cosas nuevas a cada segundo; ese es justamente el efecto al que me refiero.  ¿Te imaginas ahora si fueses capaz de observar y relacionar el 1% de los datos de tu entorno? La cantidad de cruces de información y posibilidades de solución serian virtualmente infinitos, la solución más compleja se esconde por lo general a simple vista y solo pide ser observada por los ojos adecuados. Ese es el verdadero efecto de la realidad, comienza a observar antes que mirar, a escuchar antes que solo oír, cuando logres eso ya te habrá hecho efecto la droga de la realidad…¿Porrito?, NO; la clave es estar 100% sobrio y consciente de lo que te rodea.

Date el permiso de cuestionarte todo, de emocionarte con lo realmente sencillo, de captar tu entorno, de entender los problemas de otros, de cambiar el prisma con que observas tu mundo, aplanar calles, tomar notas, conversar con la gente, dibujar garabatos; sentado en la oficina solo terminaras con una croquera virgen, reciclando ideas o copiando las ajenas y con menos calle que Venecia. Esto no te costará un peso, y cambiaras de la idea de “perder tu tiempo”, a “invertir tu tiempo” y lo mejor es que este último, es demostrable y cobrable en un proyecto; cuando le metes cabeza y pasión a tu solución, se nota.
Sal de la burbuja del establishment del creativo “shuper”, tienes mi bendición para salir a consumir la droga de la realidad.

Bienvenidos pioneros; la realidad los espera.
Rafael Chávez S.
Director El Diario Diseño.